El colegio Manuel Dorrego de Morón, una de las instituciones educativas más emblemáticas del partido bonaerense, se vio envuelto en una polémica entre directivos y alumnos por un caso de lesbofobia contra una pareja de dos chicas estudiantes. Una profesora impidió que dos alumnas estuvieran de la mano durante un recreo y luego recibió el aval del propio director de la entidad, Gustavo Martínez, quien, según los estudiantes, se acercó a las jóvenes y les espetó la desafortunada frase: «Tengo amigos homosexuales y no dejo que se besen delante de mis hijos». A raíz del hecho, la comunidad del alumnado de la escuela desplegó una campaña de repudio contra las actitudes homofóbicas procedentes del departamento directivo y realizaron numerosas medidas de concientización en el propio colegio.