PRENSA

Quiero que Polonia me denuncie a mi también por Diana Wang

Quiero que Polonia me denuncie a mi también, que me demande, me acuse y me crucifique porque digo públicamente que: fueron polacos los que no devolvieron a mi hermanito; fueron polacos los que se apropiaron de las casas y de todo lo que había adentro una vez que los judíos había sido deportados; fueron polacos los que no dejaban a mi mamá caminar por las veredas y la echaban a la calle “por donde van los animales”; fueron polacos los que cuando vieron vivos a mis padres profirieron con desprecio “¿ah? ¿sobrevivieron?”; fueron polacos los que pedían sobornos cuando descubrían a un judío

fueron polacos los que lo denunciaban aún después de sobornados. 

Quiero que Polonia me denuncie que me demande, me acuse y me crucifique porque fueron polacos los que quemaron a sus vecinos en Jedwabne; fueron polacos los que mataron a los que volvían a Kielce; fueron polacos los que no dejaban que ningún judío integre sus grupos rebeldes; fueron polacos los que iban atentos por las calles esperando cazar algún judío para ganarse la recompensa; fueron polacos los que escondieron judíos a cambio de dinero y los que, cuando el dinero se terminaba los denunciaron ; fueron polacos los que vendían agua a precios exorbitantes cuando los trenes se detenían en su camino a Treblinka y Auschwitz.

Quiero que Polonia me denuncie , que me demande, me acuse y me crucifique porque fueron polacos los que se burlaban de sus alumnos y compañeros judíos en las escuelas fueron polacos los curas que predicaron siglo tras siglo el odio bajo la acusación de deicidio; fueron polacos los que aplaudían a las hordas nazis que arrancaba a los judíos de sus casas; fueron polacos los contratados para hacer cruzar ríos y fronteras a los judíos y los que los abandonaban en parajes desconocidos; fueron polacos los que después de abandonarlos los denunciaban.

Que Polonia me denuncie, que me demande, me acuse y me crucifique, aunque diga también que el gobierno polaco en el exilio no fue cómplice del nazismo y que también fueron algunos polacos los que no se sometieron y ayudaron a los judíos; también algunos polacos los escondieron, alimentaron y cuidaron arriesgando sus vidas; también fueron algunos polacos los que les proveyeron de documentos falsos; también algunos polacos integraron la red de salvación Zegota; sin esos polacos casi ningún judío podría haber sobrevivido; fueron miles esos polacos que iluminan por contraste y con crudeza a los millones de polacos cómplices, responsables y culpables por acción u omisión.

Por todo eso, Quiero que Polonia me denuncie a mi también que me demande, me acuse y me crucifique.


Diana Wang

Presidente Generaciones de la Shoá en Argentina