En el Palacio Pizzurno, sede del Ministerio de Educación y
Cultura de la Nación, el Centro de Estudios Sociales (CES) de la DAIA presentó
ayer la cuarta edición del libro “Exclusión – Inclusión”, que da cuenta de la
realidad de 17 colectivos que viven en la Argentina y sufren situaciones de
discriminación.
El panel estuvo compuesto por la directora del CES, Marisa
Braylan; Tova Shvartzman, quien escribió el capítulo de “Salud Mental”, y la
investigadora del CES y autora del artículo «Espacio web», Verónica
Constantino.
Asimismo, asistieron colaboradores de la publicación,
representantes de los distintos colectivos discriminados y alumnos de 4°año del
colegio alemán SEDALO de Lanús, entre otros.
El ministro de Educación de la Nación, Alejandro Finocchiaro,
abrió la presentación y señaló que la Argentina “ha sido formada por cientos de
miles de personas que tenemos procedencias absolutamente diversas”.
Respecto al debate de la inmigración, señaló que la Argentina
es “un país de puertas abiertas” y aseguró que «mientras los inmigrantes
que deseen vivir en territorio argentino cumplan las normas de convivencia,
como los argentinos lo hacemos, no tiene que haber ningún inconveniente con que
ingrese al país».
Por su parte, el presidente de la DAIA, Ariel Cohen Sabban,
subrayó que la elección del lugar “no es casualidad” y agregó: “La presentación
de este libro nos deja una doble enseñanza: el pueblo judío conoció la
discriminación, pero vamos a trabajar para erradicarla, poco a poco, de todos
los colectivos”.
La psicoanalista Tova Shvartzman hizo referencia al problema
de la cosificación y a la pérdida de la subjetividad en un mundo que se
masifica en el consumo y en la pérdida del deseo.
A su turno, Verónica Constantino afirmó el incremento de la
violencia discriminatoria que se visualiza en las redes sociales y sugirió el
ejercicio de “una ciudadanía digital responsable”, a partir de la
“profundización en la legislación de y en los tratados internacionales”.
Por último, Marisa Braylan explicó el aspecto del miedo como
motor del estigma y la construcción de imaginarios sociales prejuiciosos.
Asimismo, alertó sobre la preocupante presencia de partidos políticos xenófobos
que estimulan al racismo y que “utilizan lo que les conviene de la democracia,
a la cual desprecian”. Finalmente, Braylan acentuó que «no hay ADN de la
peligrosidad, de la avaricia, de la criminalidad. En el quién somos están todas
las oportunidades de elegir quiénes queremos ser».