PRENSA

Si ocurre en Israel, los colectivos de género hacen silencio

Con profunda consternación y tristeza desde la DAIA hacemos un llamado de atención a las organizaciones que trabajan contra la violencia hacia las mujeres, adolescentes, niños y niñas, y por la inclusión de una perspectiva de género como cosmovisión, dado el absoluto silencio frente a lo ocurrido con ese colectivo durante los hechos terribles del 7 de octubre en el Estado de Israel.

Asimismo, estamos atónitos por la indiferencia frente a la barbarie llevada a cabo contra las poblaciones judías del sur de Israel.

Cuando la doble vara gana el discurso y las acciones, queda expuesto el antisemitismo, porque ciertos colectivos de género otorgan derechos pero según el “tipo” de víctima.

La lucha contra el patriarcado y sus distintas versiones y efectos transversales deben imperar más allá de las fronteras. Claro, algunas fronteras son «diferentes».

Estamos asistiendo desde el 7 de octubre a un sesgo antisemita, imposible ya de disfrazar de antisionismo.

Todavía lloramos la muerte de más de 1400 personas, sufrimos pesadillas por las violaciones grupales de niñas, jóvenes y mujeres, la mutilación de sus cadáveres, la matanza de niños y el secuestro de más de 240 personas, y todavía no hemos escuchado ni una sola palabra de condena, ninguna iniciativa a realizar en la vía pública, ni ninguna campaña en las redes sociales por parte de colectivos de género o de actrices.

Lo que sí hemos registrado, lejos de una reacción empática, fue un aumento preocupante de las expresiones antisemitas en nuestro país, especialmente en las redes sociales y en las universidades.

Ninguna defensa es legítima si prevalece la incoherencia, o mejor dicho, la judeofobia.