La DAIA inauguró ayer la placa “Nuestro corazón está secuestrado en Gaza”, a pocos días de cumplirse el primer aniversario de la masacre perpetrada por el grupo terrorista Hamás en Israel. En el inicio del acto se realizó un minuto de silencio y se encendió una vela en memoria de las víctimas asesinadas el 7 de octubre.
En su discurso, el presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, expresó que «no nos vamos a quedar callados», y aseguró que «estamos en la frontera de una lucha que no es solamente de Israel, si no nos damos cuenta de que Israel es la primera puerta para después ir contra todo el mundo democrático, estamos en un problema».
Por su parte, el secretario de Cultura de la Nación, Leonardo Cifelli, manifestó que «esta placa representa una muestra de lo que la cultura también puede generar, no por lo estético, sino por la huella que dejamos para el futuro», y agregó que «sólo a través de acciones firmes y decididas podremos detener el odio anti judío».
El embajador del Estado de Israel en la Argentina, Eyal Sela, reconoció la lucha de los familiares de las víctimas y recordó que «el 7 de octubre empezó un intento de Irán, utilizando como un pulpo todos sus brazos, de aniquilar la vida judía israelí».
En representación de familiares y amigos de las víctimas y secuestrados por Hamás, Jonathan Stolarza afirmó que «cada día que pasa es más pesado, cada día tenemos menos esperanza, cada día es más difícil seguir con la vida normal», y pidió a la comunidad «mostrar unión y fuerza» porque «es la única manera que tenemos de luchar».
Sebastián Weiss, combatiente en Defensa del Estado de Israel en Gaza, compartió su testimonio actuando en la defensa aquel 7 de octubre que, aseguró, le «cambió la vida». Sebastián es argentino, tiene 22 años y hace 4 se encuentra viviendo en Israel.
Hacia el final de la ceremonia, el presidente del Club Náutico HACOAJ, Osvaldo Ofman; el secretario de Cultura, Leonardo Cifelli; al presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits; el secretario general, Alejandro Zuchowicki; el ministro de Seguridad de la Ciudad, Waldo Wolff y todos los embajadores presentes, descubrieron la placa que reza en hebreo: «Nuestros corazones están cautivos en Gaza ¡Que retornen a sus hogares ahora!».
La iniciativa impulsada por HACOAJ y la DAIA está siendo replicada en instituciones y comunidades judías de todo el país como un testimonio de la incansable lucha por la liberación de los secuestrados que continúan en cautiverio.