PRENSA

Discurso del tesorero de la DAIA, Mario Comisarenco en el Acto por el Día Internacional del Holocausto en la AMIA

¿Cómo olvidar el 27 de enero de 2013? Tendría que haber sido una conmemoración más de la Resolución 60/7 aprobada por las Naciones Unidas, tal como se llevaba a cabo hasta ese momento.

Nos despertábamos ese domingo leyendo un twitter  de un “acuerdo histórico” que “seguramente” quedará en la historia… Se trataba del Memorandum de Entendimiento con la República Islámica de Irán.

Hoy, 27 de enero de 2015, nos encontramos con que esa misma historia se sigue desarrollando pero, con la aparición del cuerpo sin vida, de un fiscal de la Nación que investigaba el atentado más cruento que sufrió nuestro país. Una causa que imputó a ciudadanos iraníes de haber sido los ideólogos del atentado a la AMIA-DAIA y de ser respaldados por la República Islámica de Irán, cuyas máximas autoridades  se han dedicado a negar el Holocausto. Lo digo con todas las letras: rompimos con la hipocresía. La DAIA, que forma parte de la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto, manifiesta que el inconstitucional  Memorándum se firmó con un país negacionista, nada más y nada menos que en el Día Internacional del Holocausto.

En honor a las víctimas, no vamos a compartir una mesa con quienes no nos brindan la verdad, ni mucho menos justicia.

Nos encontramos hoy frente a una encrucijada inesperada: las instituciones no estamos para contestar preguntas, sino para hacerlas. Como por ejemplo, por qué se firmó un acuerdo con un país que niega la Shoá; cuáles son los alcances de la reciente denuncia formulada por el fiscal Nisman; por qué apareció muerto; cuál es la responsabilidad de los diferentes funcionarios frente a tan terrible golpe a la causa.

Esperábamos cautela, seriedad y solidaridad. Imagínense ustedes que frente al tenor de una denuncia como la del Fiscal Nisman, sería irresponsable pronunciarse. Es por ello que confiamos plenamente en el accionar de la justicia argentina.

Hoy, venimos a honrar la memoria de las víctimas de la Shoá y el septuagésimo aniversario de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, y también a rendirle honor a Alberto Nisman, un fiscal que fue víctima por el sólo hecho de investigar el ataque más violento que sufrió la República Argentina.

 

Acuerdos de origen dudoso, promesas incumplidas,  escuchas telefónicas, tapones de punta y dudas, muchísimas dudas…hacen que nos cueste seguir creyendo.

Pensamos que la Shoá iba a ser el último ataque contra los judíos en el mundo. Mientras tanto, aquí, en la Argentina, no nos habíamos recuperado del atentado a la Embajada de Israel que nos lamentábamos por los muertos de la AMIA y la DAIA. Todavía no estábamos analizando la denuncia del Fiscal, que nos horrorizábamos con su muerte.

La justicia no es una cuestión de fe, para ello cada uno tiene a sus líderes espirituales. Necesitamos que la justicia investigue con seriedad y profundidad la denuncia del Fiscal Nisman y las verdaderas causas que provocaron su muerte. Como decía el  dramaturgo Bertol Brecht “Quien no conoce la verdad es ingenuo; el que la conoce y dice que es mentira es un criminal”.

No es mucho lo que pedimos: pedimos JUSTICIA. Esa es la obligación de quienes deben impartirla.

Estoy orgulloso de pertenecer a un pueblo que hace de la memoria un culto, por ello recordamos hoy a nuestros mártires de la Shoá que habían sido sometidos a la barbarbie; sin transformarse en bárbaros. No salieron a buscar venganza. Salieron del infierno con la cabeza en alto.

Ellie Wissel, sobreviviente de la Shoá y Premio Nobel de la paz asegura: “Una memoria que no tomase en cuenta el futuro, violaría el legado del pasado” y sostiene que “luego de Auschwitz el legado de la memoria se divide en 3 partes: no olvidar, recordar y hacer recordar”.

 

Los que sobrevivieron, tal vez aun hoy, no puedan comprender lo que transmiten al pararse erguidos y contar lo que vivieron. Cuando la frivolidad nos aleja de nuestros primitivos valores, ver a los sobrevivientes con la frente en alto, le da sentido a las banderas de las utopías.

Los sobrevivientes de la Shoá nos miran a cada uno de nosotros. Ustedes son nuestros héroes. Algunos, sentados hoy aquí.  Fueron despojados de casi todo…

“Nunca digas entonces que es tu último camino.

Aunque los días azules se oculten tras cielos plomizos;

todavía va a llegar el momento soñado

y resonará nuestro paso: ¡Aquí estamos!”

A 80 años de la creación de la DAIA y con el corazón emocionado, MIR ZAINEN DO.